Chicos relatan cómo afrontan la dura batalla contra el fantasma del cáncer

Tres historias diferentes pero una misma lucha contra el cáncer infantil unen a los chicos en el Hospital de Clínicas. Un caso inspiró la creación de Renaci, fundación que ayuda a pacientes oncológicos.

 

Lucha titánica. Tres tumores  en la cabeza, un diagnóstico tardío, sin esperanzas de vida, pero con mucha fe. Así inició Alessandra Ribas (19) la lucha frontal contra el cáncer hace más de seis años. Tras un viaje a EEUU y luego a San Pablo, Brasil, donde llegó con vida pese a los informes negativos de los médicos, comenzó un tratamiento de un año y medio.

 

Pero el camino no fue fácil, le realizaron una cirugía para la extracción del tumor ubicado cerca de la columna vertebral y quimioterapia para los otros dos. En la última etapa, una infección despertó una sinusitis que requirió otra intervención para abrir el rostro y retirar la mucosa. Pasó la prueba, pero quedaba un último eslabón, precisaba con suma urgencia un trasplante de médula ósea y los milagros sucedieron una y otra vez: apareció el donante que le dio una nueva vida.

«Si vos me preguntás: ¿qué es una de las mejores cosas que me pasó en la vida? Yo te digo que es mi enfermedad. Porque yo me veo mejor persona. Creo que lo que pasé me hizo ver la vida de otra manera, de valorar las cosas. Porque una persona que no pasa por lo que un niño con cáncer pasa, no sabe lo que es la vida», dijo entre lágrimas Ribas al recordar que hay gente que se quita la vida porque no tiene un celular o le dejó el novio, lamentó.

Estudia nutrición con el fin de volverse voluntaria. Debido a su épica lucha positiva, sus padres crearon la Fundación Red Nacional de Atención del Cáncer Infantil (Renaci), que ayuda al Departamento de Hemato-Oncología de Clínicas.

OTROS PACIENTES. ¿Por qué yo?, se quejaba el paciente Jorge Goncálvez (14) tras iniciar por tercera vez las sesiones de quimioterapia en el Hospital de Clínicas, debido a una recaída de la leucemia. Se siente muy agobiado, hace seis años se le detectó la enfermedad e inició una dura batalla. Su mayor sueño es que los hermanos Ángel y Óscar Romero, del club Cerro Porteño, lo visiten durante su internación y que le regalen una camiseta de su club preferido, relató con esperanza de que su sueño se cumpla.

Le gusta jugar fútbol cuando puede con sus amigos de Campo 9, en Caaguazú, afirmó con aire de nostalgia. Viaja cada semana 179 kilómetros desde su ciudad natal hasta el centro de referencia, donde queda internado unos días para su tratamiento y luego retorna a su hogar.

Luis González, de tan solo 10 años, oriundo de Canindeyú, tiene diagnóstico de cáncer y desde hace cinco días se encuentra internado en Clínicas para iniciar las sesiones de quimioterapia. Con mucha timidez, dijo que se sentía muy bien mientras jugaba en el aula hospitalaria. La lucha por la vida recién se inicia.

Fuente: Ultima Hora