En esa contienda se movilizaron más de 250 mil soldados bolivianos y 150 mil paraguayos y murieron 35 mil paraguayos y a 60 mil bolivianos.
Fue la guerra más importante en el continente sudamericano durante el siglo XX, que coincidentemente enfrentó en feroz matanza recíproca a los dos países más pobres de la región.
El escritor uruguayo, Eduardo Galeano, en su libro Las Venas Abiertas de América Latina señala que la contienda fue provocada por los intereses extranjeros de corporaciones petroleras estadounidenses y británicas.
“La Standard Oil de Nueva Jersey había provocado el conflicto y que financiaba al ejército boliviano para apoderarse, por su intermedio, del Chaco paraguayo, necesario para tender un oleoducto desde Bolivia hacia el río y, además, presumiblemente rico en petróleo”, señala el escritor en su libro.
Galeano también refiere al discurso pronunciado por el senador norteamericano Huey Long quien denunció en 1934 que la guerra era promovida por la petrolera multinacional. “Estos criminales han ido allá y han alquilado sus asesinos”, había denunciado Long en su discurso del 30 de mayo de 1934 en el senado norteamericano.
La guerra finalizó el 12 de junio de 1935, el tratado de Paz, Amistad y Límites fue suscrito el 21 de julio de 1938 y el acta final de la demarcación limítrofe recién el 27 de abril de 2009 entre los actuales presidentes Fernando Lugo (Paraguay) y Evo Morales (Bolivia).
El Estado paraguayo paga hasta hoy pensiones a más de mil veteranos de la guerra y el pasado 4 de junio el Poder Ejecutivo emitió el decreto presidencial 9.036 que reconoce la abnegación y valor de cinco soldados que participaron de esa batalla, a quienes se concedió la condecoración “Cruz del Defensor”.