sábado, julio 27, 2024

El Papa agradeció el respeto y la comprensión de los fieles en una despedida multitudinaria

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El Vaticano.- La Plaza San Pedro fue escenario esta mañana de una multitudinaria y emotiva ceremonia de despedida del Papa Benedicto XVI, quien agradeció a los fieles llegados de todo el mundo el «respeto y la comprensión» con que recibieron la noticia de su renuncia.

La dimisión, que se hará efectiva mañana, en una decisión que no se producía en casi 600 años en la vida de la Iglesia.

En el marco de la tradicional audiencia pública de los días miércoles, la plaza -en una mañana fría y soleada- fue colmándose desde temprano con los peregrinos llegados a Roma desde distintas partes del mundo, así como diversas personalidades y los numerosos cardenales que ya están en esta ciudad a la espera del cónclave que elegirá el sucesor de Benedicto.

«Agradezco a todos el respeto y la comprensión con la que han acogido esta decisión importante, que he tomado con plena libertad. Mi corazón está colmado de gratitud porque nunca ha faltado a la Iglesia su luz», dijo el pontífice en español en un tramo de su mensaje.

Y agregó en el mismo idioma que «en este Año de la fe invito a todos a renovar la firme confianza en Dios, con la seguridad de que El nos sostiene y nos ama, y así todos sientan la alegría de ser cristianos».

Al hablarle a los entusiastas fieles, el Santo Padre pidió que se acuerden de él en sus oraciones y que recen especialmente por el colegio de cardenales «llamados a la delicada tarea de elegir un nuevo sucesor en la cátedra del apostol Pedro», en el marco del cónclave que aún no tiene fecha establecida de inicio.

La ceremonia arrancó a las 10.35 (6.35 de Argentina) con la aparición de un Papa visiblemente conmovido a bordo del tradicional Papamóvil, causando una ovación entre la multitud que no dejaba de vivarlo y saludarlo con sus manos, y agitando banderas de los países presentes.

«Benedetto, Benedetto» coreaban los fieles, muchos portando carteles con mensajes de agradecimiento a su labor durante los 8 años de su pontificado.

Después de una amplia recorrida por los corredores dispuestos en la plaza, el Papa se trasladó a un escenario montado de espaldas a la basílica de San Pedro y brindó allí su última catequesis, en plena Cuaresma, el tiempo litúrgico de preparación para la Pascua, que esperan sea celebrada por el nuevo pontífice.

Tras declararse «conmovido» ante «una Iglesia que está viva», Benedicto dijo que  «un Papa no está sólo en la guía de la barca de Pedro, aunque es el primer responsable y yo no me he sentido solo a la hora de llevar la alegría y el peso del ministerio petrino».

Y volvió a insistir en que renunció al papado porque sus fuerzas disminuyeron y no por su bien particular, «sino por el bien de la Iglesia».

«Amar a la Iglesia significa también tener la valentía de tomar decisiones difíciles, teniendo siempre presente el bien de la Iglesia y no el de uno», afirmó para remarcar luego que tomó esa determinación «sabiendo su profunda gravedad y novedad, pero con un ánimo sereno».

Asimismo dijo que su decisión de renunciar al «ministerio petrino no revoca la decisión que tomé el 19 de abril de 2005», cuando fue elegido papa, y agregó que su renuncia no significa que vuelva a la vida privada, ya que cuando aceptó ser papa, «esa aceptación significa vivir para siempre para el Señor».

«No regreso a la vida privada, a una vida de viajes, encuentros, conferencias. No abandono la cruz, sigo de una nueva manera con el Señor Crucificado. Sigo a su servicio en el recinto de San Pedro», afirmó en el marco de su última audiencia como Santo Padre.

Testimonios y audiencias

Con una concurrencia estimada en unas 200 mil personas, las calles aledañas al Vaticano permanecieron cerradas desde anoche y un mega operativo de seguridad -que incluyó 2 mil efectivos- se montó en los alrededores de la plaza para garantizar que todo transcurriera en orden.

Luego de la catequesis en italiano, seguida de silencios respetuosos e interrumpida con estruendosos aplausos, el Papa saludó en francés, inglés, español y portugués, y dio mensajes en las lenguas polacas, árabe, croata, rumana, checa y eslovaca.

En medio de una ordenada desconcentración, Belén -una joven de un colegio católico de España, en viaje de fin de curso en Roma- le dijo a Télam que admiraba «la coherencia, la fe y la humildad» del papa alemán que se va y que su sucesor «tendrá el desafío de hacer de la Iglesia una fuente viva de fe».

Sara, una simpática señora italiana, contó que estaba muy emocionada por participar de una jornada histórica, «un día bellísimo que siempre llevaré en mi corazón» y le dió las gracias al Papa «por su fructífero pontificado de 8 años».

Tras la audiencia pública, el Papa recibió en la Sala Clementina al presidente de la República Eslovaca, Ivan Gasparovic; a los Capitanes Regentes de la República de San Marino, Teodoro Lonfernini y Denise Bronzetti; al presidente de Baviera, Horat Seehofer, y al copríncipe de Andorra, el obispo Joan Enric Vives i Sicilia, según informó hoy la oficina de prensa del Vaticano.

Para mañana se espera que el Santo Padre se despida de los cardenales por la mañana y a las 17 (13 de Argentina) se aleje del Vaticano en helicóptero, rumbo a la residencia de Castengandolfo, donde permanecerá hasta que concluyan las tareas de refacción del monasterio donde vivirá luego.

Cuando mañana deje el Vaticano, a modo de despedida y homenaje, sonarán las campanas de todas las iglesias romanas.

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