Desde hace siglos los hombres deben cumplir requisitos impuestos culturalmente como el estereotipo del “hombre ideal”, que da como resultado el machismo. Por este motivo, 1 de cada 5 hombres no llega a cumplir 50 años.
La brecha de género y el machismo también dejan vulnerables a los hombres. Ser fuerte, no hablar de sus sentimientos, ser el proveedor de la familia, son algunos requisitos comunes impuestos culturalmente, conocidos como “masculinidad tóxica”, que, a su vez, llevan a feminicidios, y son una de las principales causas de muerte de hombres en las Américas.
En Paraguay es muy común aún que se prohíba a los hombres llorar. Es más, “demostrar sentimientos les genera inseguridad”, incluso es motivo de burla de otros hombres. Por todo esto, para disminuir el machismo, los padres o encargados no deberían enseñar conductas sexistas a sus hijos. “Los hombres pueden llorar y las mujeres no están para servir a los hombres en todo”, dijo la Lic. Manuela Bogarín, psicóloga clínica, jurídica y forense.
En el informe “Masculinidades y salud en la región de las Américas”, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se destaca que las expectativas sociales de los hombres para ser proveedores de sus familias, evitar discutir sus emociones o buscar ayuda, participar en conductas de riesgos y ser sexualmente dominantes son comportamientos comúnmente conocidos como “masculinidad tóxica” y contribuyen a tasas más altas de suicidio, homicidio, adicciones y accidentes de tránsito, así como de enfermedades no transmisibles.
El informe destaca que uno de cada cinco hombres muere antes de los 50 años y que muchas de las principales causas de muerte en las Américas, incluidas las enfermedades cardíacas, la violencia interpersonal y los siniestros viales, están directamente relacionadas con comportamientos machistas construidos socialmente.
RELACIONES INCONVENIENTES (“TÓXICAS”)
Por otra parte, Bogarín expresó que actualmente se les llama “tóxico” a comportamientos que no lo son. Por ejemplo, cuando alguien simplemente es o hace algo diferente se lo define como tóxico, hecho que no es; además, dijo que existe una baja tolerancia a las frustraciones, faltan habilidades para comunicarse, para expresarse y aceptar posturas y opiniones distintas.
¿CUÁNDO UNA RELACIÓN ES INCONVENIENTE?
Existe una forma de medir las actitudes y comportamientos inconvenientes (tóxicos): a través de un violentómetro. Una relación insana suele iniciarse con chantajes, mentiras, engaños, celos, humillaciones, amenazas y prohibiciones, esta es la primera fase; luego se dan agresiones físicas “jugando”, manoseos, destrucción de objetos personales, golpes y empujones, y en la tercera fase la vida de la persona corre peligro, se dan encierros o se la aísla, se dan las amenazas con armas u objetos, abusos sexuales y violaciones. Por último, el asesinato.
TRATAMIENTOS“Existen tratamientos para que un hombre deje de tener actitudes dominantes y machistas como, por ejemplo, el tratamiento psicológico cognitivo-conductual, que busca modificar variables de pensamientos y variables comportamentales”, indicó la psicóloga Bogarín.
Según la OPS, los roles, normas y prácticas de género impuestos socialmente a los hombres refuerzan la falta de autocuidado y el abandono de su propia salud física y mental. Este concepto de masculinidad o machismo, como se lo conoce en las Américas, conlleva tres riesgos generales: riesgo para mujeres y niños (en forma de violencia, infecciones de transmisión sexual y falta de responsabilidad compartida en el hogar); riesgo para otros hombres (como accidentes, homicidios y otras violencias) y riesgo para uno mismo (en forma de suicidio, accidentes, alcoholismo y otras adicciones).
MUJERES Y EL MACHISMO
Agregó que también las mujeres fomentan el machismo. Se da por modelos de aprendizaje, “no se puede enseñar algo que no sabemos, enseñamos lo que aprendimos de nuestros modelos. Los modelos machistas son históricos y universales, por eso es importante la promoción de la igualdad de género”.
Manifestó que las tendencias actuales indican que tanto hombres como mujeres van rompiendo esquemas o estereotipos. “Las mujeres tienen más protagonismo e independencia hoy en día en comparación con los años 70 u 80. Por otro lado, en comparación con los años 90, hoy en día hay un poco más de consciencia de no decir ‘maricas o nenas’ a los niños o varones, ya que se sancionan bastante por ser un lenguaje discriminatorio”.
SALUD PÚBLICA
La Dra. Marcia Erazo, consultora en Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental de la OPS/OMS en Paraguay, explica que en salud pública es esencial contar con una perspectiva de género relacional que compare la situación de hombres y mujeres. Las mujeres cargan con el diferencial de riesgo que suponen los diversos problemas asociados a la reproducción y a su condición femenina, existen también vulnerabilidades causadas y vividas por las masculinidades. Estas están asociadas a sus mandatos de género: ser fuertes, no hablar de sus sentimientos, ser el proveedor de la familia.
En otras palabras, la brecha de género que perjudica a los hombres se refleja en problemas específicos relacionados con las prácticas cotidianas de la masculinidad tóxica, como adoptar riesgos al volante, el consumo desmedido de alcohol y drogas, las prácticas sexuales sin protección, las relaciones interpersonales violentas que resultan en homicidios y una gestión inadecuada de las emociones, agregó la Dra. Erazo.
FEMINICIDIOS
La Dirección General del Observatorio de la Mujer, del Ministerio de la Mujer, emitió un informe actualizado de casos de feminicidios en Paraguay en el 2019, este indica que hubo un total de 37 víctimas; por otra parte, en lo que va del 2020 se registra un caso y 3 sospechas de feminicidio.
SITUACIÓN EN LAS UNIVERSIDADES
El ex presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica de Asunción, Matías Noto, manifestó que lastimosamente la universidad no cuenta con mecanismos para solicitar ayuda en casos de soledad, tristeza u otros asuntos relacionados a la salud mental por los que tantos jóvenes pasan, y más aún en una etapa como la universitaria, llena de nuevas tensiones y desafíos.
“Llama la atención que cuando se dan problemas con docentes, los hombres realizan sus denuncias de manera colectiva (como curso o un grupo del curso), mientras que las mujeres suelen hacerlo de forma individual. Es algo que pasa desapercibido, pero los universitarios esperan que el problema se vuelva algo del grupo, solo así realizan sus reclamos. Así también, las compañeras se acercaban sin dudar a solicitar ayuda para la gestión de sus becas u otras necesidades, mientras que los compañeros solo recurrían al centro de estudiantes al haber agotado todas las instancias”, indicó.
En la opinión de Noto, cuando se habla de machismo no se trata de una megaconspiración como muchos quieren entender, es algo que se reproduce con las enseñanzas de nuestras madres, de nuestras abuelitas, de nuestros padres y abuelos.
Fuente: La Nación.