Anunció que a partir de esta situación se verá un mayor flujo de ganado ofertado en el frigorífico de la cooperativa y que posiblemente algunos van a buscar fuentes de forraje alternativo como la caña dulce.
“La mayoría de los productores ya vendió lo que podía y ahora van a vender más ya que no hay vuelta que dar. Nuestros molinos forrajeros están tratando de preparar balanceados más económicos para mantener los animales. Hacer el engorde ya va a ser imposible”, añadió.
Sieghard explicó que el clima chaqueño es completamente imprevisible y que si llega una lluvia en agosto como raras veces ocurre, se solucionará una parte del problema.
“Pero la época de lluvias empieza en noviembre, o sea que hay un buen trecho para caminar”, mencionó.
Por último, destacó que este año tampoco le fue bien al principal cultivo de verano del Chaco Central, el maní, que tuvo una merma del 80 por ciento por la sequía, según publica la página de la Unión de Gremios de la Producción.