El representante de la comunidad nativa, Onofre Pereira, refirió que desde la construcción de la represa Itaipu varias comunidades se han tenido que trasladar desde diversos puntos, como Hernandarias, Tati Yupi, Puerto Palma hasta el distrito de Mbaracayu, en la comunidad Kirito, sin recibir ningún resarcimiento de la entidad, mientras que los indígenas del lado brasilero ya tienen garantizada una buena calidad de vida.
Denunció además que en las zonas que no han sido inundadas por el embalse, varios extranjeros adquirieron títulos de propiedad de tierras, supuestamente de forma irregular.
Para la construcción de la represa de Itaipú iniciada en 1973, los responsables del proyecto tuvieron que adquirir 8.500 casas y granjas de la zona que había de ser inundada, además de zonas boscosas donde habitaban las comunidades indígenas.
Hoy en día, la comunidad Kiritó es habitada por más de un centenar de familias que reciben ayuda social del gobierno paraguayo a través de la Secretaría de Acción Social, cuentan con instituciones educativas que imparten enseñanza en lengua materna y carecen de puestos de salud, regún refirió Pereira, que es docente de la comunidad.