En un comunicado, González Núñez dice que el Paraguay «excepto la animosidad de nuestros socios» tiene respaldo de la mayoría de las naciones del mundo y organismos internacionales. Añade que dicha franja ha declarado su discrepancia con la medida tomada por Argentina, Brasil y Uruguay al cuarto miembro, por entenderla atentatoria contra el ordenamiento jurídico que regula el funcionamiento del bloque.
Sostiene asimismo que luego del espaldarazo de la imparcial actuación del Consejo Permanente de la OEA, la 67ª Asamblea General de la ONU este mes, debe ser la siguiente escala de una patriótica campaña de desagravio y compensación dirigida a reivindicar, la disolutamente ultrajada imagen del Paraguay.
Agrega Núñez que la participación en la Asamblea de la ONU debe ser «una cruzada de membrete nacional orientada a reclamar justicia para el Estado de Derecho, que con la separación arbitraria de Paraguay ha sufrido un duro golpe contra su institucionalidad, y presumiblemente el primero de que se tiene noticia en ámbitos de las alianzas interpaíses».
Explica el escrito que la segregación de Paraguay se verificó en llana, escandalosa y criminal contravención de un instrumento legal, el Artículo 4 del Protocolo de Ushuaia, que estipula que en caso de ruptura del orden democrático en un Estado Parte, sus pares promoverán las consultas pertinentes entre sí y con el Estado afectado.
«El Estado afectado, en esta contingencia, es el Paraguay, que con altanero menosprecio fue despojado del primordial e inalienable Derecho a la Defensa, quedando en situación de indefensión», argumenta el presidente del bloque paraguayo en el Parlasur.
«Todas las decisiones y providencias tomadas en el Mercosur en ausencia de un Paraguay separado inconsultamente, y obviamente sin la presencia, conocimiento y consentimiento de sus representantes oficiales, adolecen de nulidad insanable, incluida la furtiva bienvenida a Venezuela, debido al flagrante y fehaciente quebrantamiento del Tratado de Asunción y normativas adicionales», certifica el comunicado de Alfonso González Núñez.
Ante esto, afirma que «la vuelta de Paraguay al Mercosur, que en puridad nunca abandonó, debe estar ataviada con las pompas y solemnidades de la Ley, y el gobierno nacional deberá neutralizar cualquier negociación o maniobra viciada que en letra y espíritu margine la legalidad del contexto regional».
«Caer en las redes de tales ilícitos supondrá que nuestras autoridades otorgan el tácito asentimiento al bochornoso estropicio político que pisoteó impunemente los preceptos y principios universales del Derecho», se expresa Núñez en su escrito.
Finalmente, el parlasuriano recuerda que desde la perspectiva eminentemente jurídica, la admisión de Venezuela carece de validez y fuerza legal, más aún cuando el Senado paraguayo rechazó formalmente el Protocolo de Adhesión de esa nación, permaneciendo ésta en calidad de miembro en proceso de incorporación.
«En consecuencia Paraguay debe exigir sin concesiones el inmediato restablecimiento del Estado de Derecho y la restauración del imperio de la Justicia en el Mercosur», concluye el comunicado de Alfonso González Núñez.
