Ante esto, Parlasur-Paraguay pide al presidente de la República, Federico Franco, estar en alerta atendiendo que es una cuasi certeza que los resentimientos alimentados por la incitación de los gobernantes vecinos reflotarán con inusitado brío la “patriótica campaña boliviana para reivindicar, por las buenas o por las malas, ese infame despojo de su heredad”. tal cual lo publicara el diario El Deber en su edición del 14 de junio de 2011.
En su documento, González Núñez señala que Evo Morales pretende instalar en la zona un escándalo de proporciones a nivel internacional a raíz de las declaraciones emitidas por representantes del Poder Ejecutivo nacional.
Agregó que esto sirvió para que el mandatario boliviano “de modo delirante” denuncie al mundo que el Paraguay avanzaba en su gestión de pactar con los Estados Unidos la instalación en su territorio de unidades operativas de las Fuerzas Armadas de ese país.
“En particular, satisfecho por encontrar tan absurdo pretexto de peso para justificar un acelerado proceso armamentista en torno a sus fronteras nacionales, concretamente en los límites con nuestro país, el Presidente boliviano y la propia clase política local sacuden con violenta retórica renovando antiguas y hasta el momento superadas ansiedades bélicas”, alega el parlasuriano.
Añade que a estos nuevos elementos emergentes, se debe complementar la destitución constitucional de Lugo y la progresión de la izquierda hacia el Mercosur con la incorporación ilícita de Venezuela al bloque, como cuidado que Evo Morales no cederá en su empeño chauvinista de reclamar la posesión de amplias áreas del Chaco.
«Esta situación se agrava atendiendo que nuestras fuerzas militares fueron perdiendo paulatina y aceleradamente solvencia operativa desde la culminación de la guerra del Chaco», dice González Núñez.
“Bolivia, amparada en superior poder de fuego, asesoramiento técnico, apoyo logístico y multimillonario financiamiento venezolano, se apresta en sus fronteras con Paraguay no a fortalecer la seguridad interna, controlar desbordes de la oposición política y combatir la delincuencia, como pregona su propaganda, sino para emprender una ofensiva armada en gran escala, una guerra de agresión contra un enemigo extranjero”, asegura el legislador.
En consecuencia, González Núñez, quién se había pronunciado enérgicamente en abril de 2011 sobre este inminente peligro a la soberanía nacional, ahora renueva con firmeza su exhorto, esta vez al gobierno de Federico Franco, para adoptar con urgencia los recaudos pertinentes dirigidos a desalentar o disminuir el impacto de las movilizaciones militares intimidatorias que no se justifican ni corresponden en este tiempo de paz.
